Os quiero confesar, egoístamente, lo
mucho que me encanta ver salir de mi
"despachin" siempre más sonrientes y ligeros que a su llegada. Es muy
muy egoísta, pero así es. Gran satisfacción. Os hablaré de una terapia de la
“de-sensibilización” de traumas, a través de una hipnosis ligera (sin que el
paciente pierda el control) que llevo tiempo practicando.
La PTR
(Psicoterapia del Traumatismo y Re-asociación… muy pesado en castellano, es de
origen francés!), siendo trauma, cualquier evento del pasado que sigue pesando
en el presente (porque no curado)… ESPT (Estrés Post Traumático), angustia,
TOC, fobias, síntomas sicosomáticos, miedo (al examen, al marido, al fracaso,
etc.). Y sé que la palabra trauma asusta… y que la de “hipnosis” todavía más…
pero, lo cierto es que todos, en algún momento hemos sido presos de una vieja
angustia, de un malestar inexplicado. En cuanto a la hipnosis, solo es el canal,
suave y rápido (un estado de relajación, cómo estar en “babia”, sin que nunca
se pierda el control), utilizado con gran respeto hacia el cliente, para llegar
al subconsciente donde se alojan recuerdos, distorsiones y emociones.
Mediante
esta terapia se trabaja sobre los recuerdos o imágenes de aquel evento, sin
tener que revivirlo, ni contarlo. Y eso es fundamental. Dolor cero… nada de
volver a” vivir ” contándolo, aquello…. La imaginación del paciente va
transformando la situación, hasta limpiarla, re dibujándola a su antojo. Así,
el adolescente se atreve a decirle a su padre que quiere ser escuchado, el
empleado gritarle a su jefe la frustración que tiene encima… y quedarse sin
peso, porque lo habrá “vivido” no sólo desde el consciente/racional pero desde
lo emocional y re-grabado en el subconsciente. Porque en este estado de
conciencia modificada, el cerebro no distingue la realidad de lo imaginado, con
lo cual, la "nueva resolución" del evento es tan real a efectos
emocionales como si fuera “vivida”. Y se disuelve la frustración, el
sentimiento de culpa, de inferioridad, puede salir la pena y ser transformada
(con la ayuda del terapeuta, que va guiando, claro…). A su vez, la reducción de
la rabia, por ejemplo, permite un acercamiento más fuerte y sereno al padre… a
la situación actual.
Dolor
Cero. Rápidamente se transforma, limpiando errores cognitivos: sentimiento de
culpa "de la víctima”, de inutilidad, de pérdida de control...
En pocas
sesiones (porque tampoco hay milagros), con suavidad y en control, se avanza. De
ahí la sonrisa… y lo mucho que disfruto…
Caroline Ramirez Parenteau,
en esta dirreción de correo: caroline.ramirezp@gmail.com
¡Gracias !